EL TELAR
No cuentan los siglos.
El hilo de Ariadna
atraviesa
mortales espacios
para que un dios atrapado
en la fortaleza del
Minotauro
pueda volver a reír.
Nadie conoce las vueltas
sujetas al ovillo dorado
ni puede saber cómo nace
la luz de la punta oscura
del diamante. En la
sombra
del laberinto todo hombre
espera liberarse y sueña
porque el tiempo es arena
donde suele urdir el incauto.
José Francisco Ortiz
Morillo
Santa Cruz de Mara,
21/5/2012
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