Eduardo Blásquez. Artista
español. Grita libertad, 2006
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El
límite de la libertad es la conciencia, ésta no surge de criterios políticos,
religiosos o culturales, incluso de orden familiar, seguramente contribuyen a
canalizarla, pero lo que llamamos conciencia en sentido estricto corresponde a
la liberación de toda atadura tanto externa como interna en el hombre. Me
atrevería a señalarla como un espacio genético de lo humano que, felizmente,
aparece en el ser para diferenciarlo de la bestialidad. No creo, por lo tanto,
que existan grados de conciencia. La conciencia es monolítica y activa, vive
desde nosotros y se hace realidad en el mundo, si no fuera así qué importancia
tendría la vida.
25/07/2012
José Francisco Ortiz
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