ZARATUSTRA
Setsuko
Aihara, pintora japonesa – Zarathustra by
the Sea, 2004
No sé
por qué la luz del mediodía
pule
la sombra y la adormece inquieta,
ígneo
sentir esquiva la saeta
de su
alado vibrar donde solía
dejar
el canto de la voz agraria
y
colmado de su fluyente río,
los
ecos del amor y del estío,
nunca
serán olvido ni plegaria.
Hay
un cantar que desciende de los bosques.
Arma
la vida el sol y la disuelve
en la
celeste cumbre de los hombres.
Dónde
estarán las siete soledades ?
Dónde
los signos, dónde el decir vuelve
su
nombre hermano, puro en heredades?
José Francisco Ortiz Morillo
Santa Cruz de Mara, 20/7/2011
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