SOBRE
LOS DÍAS NUBLADOS
El
amor no pesa más
que
otra dolencia humana,
no
hay distancia
en
la piel que no consuma
la
álgida hora del abandono,
porque
es un territorio
donde
la promesa
quiere
fijar su mirada,
y,
sin embargo, en el fuego
hay
estalactitas perfectas,
que
horadan sin cesar
el
rumbo de las manos,
en
los sollozos del ardor,
para
que vuelva el sol
sobre
los días nublados.
Santa Cruz de Mara, 12/6/2012
José Francisco Ortiz
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