Sarolta Bán (1982).
Fotógrafa húngara.
La fama es sinónimo de fortuna. Su
alegoría pudiera representarse por el vuelo de un pájaro siniestro
metamorfoseado en tantas formas de ilusión que sería difícil reconocer sus
trágicos emblemas. Es posible que su verdadera esencia sea la carroña y el olvido.
En Canetti he encontrado esa visión, sólo posible en las masas: expansión y
reducción. Cuando el individuo llega a los pedestales de la nombradía, ya no es
él, y su poder es efímero, porque tiene sus raíces en la esperanza, trueno en
un día soleado antes del eclipse.
06/05/12
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