No
siempre la poesía y el ensayo van de la mano, aunque el lenguaje perviva en las
orientaciones del autor y, de alguna manera, logren permearse en un instante de
lucidez, he observado por mi experiencia literaria que hay una respuesta
inversamente proporcional a las formas que ambos destinos quieren recuperar de
la vida. Es decir, si el poema goza del favor del público, hay en él un punto
de quiebre que merma su posible fecundidad y se torna anodino, en cambio, con
el ensayo, indica que hay una fortaleza en el lector que promete un universo de
filiaciones en la medida en que crece su lectura.
José Francisco Ortiz,
Carache, 10/6/2012)
José Francisco Ortiz
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