domingo, 25 de diciembre de 2011

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. LA BENDICIÓN DE LA TIERRA



LA BENDICIÓN DE LA TIERRA

Albert Bierstadt, pintor germano estadounidense (1830 – 1902) – Atardecer en la pradera



Atento a la fugacidad de las horas
veo las infinitas posibilidades del día:
en su centro, el diamante y su color
de vanidad con tensos hilos
 y poleas girantes y definitivas
con fragmentos hundidos en la noche,
abriéndose paso entre glaciales
de voces y torrentes en lejanía
porque lo humano acompasa
sobre las piedras sus furores de ceniza.

Las temibles Erinias sujetan el sol contra
otras formas del amparo; aquietan
al hombre dentro del cofre azul donde respira.

Hay algo de piedad en el universo,
porque aún espera constatar los últimos latidos
y en un punto del espacio, y en su huida
el tardo nombrar corroe y no lo sabe
porque el tiempo y los sonidos
pliegan en la vastedad incierta de los cielos
de fulgores la bendición de la tierra.



José Francisco Ortiz Morillo
Santa Cruz de Mara, 23/12/2011

viernes, 23 de diciembre de 2011

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. EL LIBRO DE MI AMIGO





EL LIBRO DE MI AMIGO



Vincent Van Gogh. (1853-1890). Pintor holandés. Doce girasoles en un jarrón.





A Isabel Sofía Rivero Ortiz, mi nieta.



     Dile a tu amigo que pinte a la barbie
     cascando nueces. La miré entonces
     en su alegría, en la intensidad
     de las palabras, y yo no sabía
     quién era mi amigo, hasta que trajo
     el libro que un día vio en
     mi biblioteca y acarició el empaste,
     los colores y el papel satinado
     donde giraban los soles de la vida;
     fue un obsequio, y ella lo lee y mira
     desde sus cinco años, y sus ilusiones
     tienen el espacio de sus muñecas
     donde mi amigo encontró
     su morada de sueños; el libro
     de mi amigo, Vincent Van Gogh.



José Francisco Ortiz
Santa Cruz de Mara, 26 de noviembre de 2011


jueves, 22 de diciembre de 2011

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. LA RAMA Y LA TIERRA


LA RAMA Y LA TIERRA

Myhály Munkácsy (1844-1900). Pintor húngaro. Un camino




     Volvemos a la senda
     y en el pertinaz trasiego
     de sus contornos dormidos
     giramos hacia el abismo,
     para desbrozar la luz
     que la vida nos entrega
     guardamos las huellas
     al borde del camino
     donde alguien nos concilia
     con el dolor de la vida
     como una hoja
     retenida por el aire
     entre la rama y la tierra.



José Francisco Ortiz
21 de diciembre de 2011


jueves, 15 de diciembre de 2011

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. PESSOA


PESSOA

 
Damián Flores Llanos, pintor español (1963) - Fernando Pessoa

     Pessoa mira su rostro – ¿Cuál de tantos?–
      y son bifurcaciones. Cuando quiere reconocer
      la simplicidad de sus actos
      la vida que sólo él cree conocer
      conversa con Heráclito, su hermano
      y no es un diálogo marchito. Se dicen cosas
      que apenas escuchamos en cada golpe de agua
      en las faenas  del aire
      juntos en el río que nunca han abandonado.
     
     Ambos concilian sus gemelas apariencias
      (no sé cuál Pessoa mira en este instante el lago
      ese mar que es el morir, la fontana de Ismael
      el poeta de la Legión Extranjera, con honores
      y medallas y una pierna de recuerdo en el desierto
      como Rimbaud en los trópicos
      salpicado por la amorosa fiebre del oro)

      Sé que ahora vagas solo por las calles de Lisboa
      (Maracaibo es el puerto 
      donde el sol echa sus amarras
      y sus altos muros acallan nuestras voces
      a veces – mi memoria es indiscreta – creo retenerla 
      y trato de grabarla en los pliegues sinuosos
      de la ruta que nos lleva a otra ciudad.)
      
     En vano la muestran las cartas geográficas 
     (cómo podrían los mapas 
      guardar un solo verso de Pessoa)

José Francisco Ortiz



De: Musgo de nuestras aldeas (2002)