domingo, 30 de enero de 2011

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. MI PADRE Y OTROS POEMAS


MI PADRE

 
 
Francisco Valdez - Paisaje 1914
 


Con retraída soledumbre
al sesgo de la vigilia ajeno al tardo día 
mi padre tararea una canción.
Lleva nombres y cosas
sus gestos vienen como niebla
y giran hacia el olvido.
Larga voz de una sonata
monosílabos de vastedad que sólo él conoce.
Sigo su huella por calles, 
bosques y montañas lo cobijan 
el aire de los cedros 
el café lento de su lengua 
pero en el sigilo de los pasos 
va cubriendo el mapa de su vida.



CONCIERTO

 
Mateo Manaure /Suelos de mi tierra



Los parques tienen el halo del otoño 
de otras miradas
fundido en la hojarasca.
Huella alucinado sobre la piel
escucho sus cuitas, sus promesas.
Pero el festín de los árboles
arrasa la fugacidad de sombras.
Convite de chillidos, altas pajareras
orquestaciones al cielo
tocatas, trémolos, vibraciones
sobre escalas doradas
y mi alma detenida en la distancia
sus almenares en las vueltas del aire.

Un gorrión cubre la vastedad
en la blanda estela de plumas
para que cese el silencio.



ODISEO

 
Caspar David Friedrich - Seashore with Shipwreck


Se escuchan nítidos los acordes en la noche.
Vienen de muy lejos de alguna ciudad
donde hay celebraciones 

Repliegan los hilos de la trama
como un bosque abandonado
amagos para colmar el espacio de Ítaca.
en sus hondonadas misteriosas.
Intento alcanzarlos.
Es imposible, alguien los retiene
van a un paso de mis pasos
sin que Zenón me dé la clave
sin que pueda abandonar sus redes
veladas por el grave ritmo de las olas.

La ciudad que nombro
la escucho en estampida, sus ecos
abordan mis naves, estremecen
el borde de las velas y la luna.
Ítaca está a la orilla de mis ojos.


DE: MUSGO DE NUESTRAS ALDEAS (2002)

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. EL MAR NOS DIRÁ DE SU COSTUMBRE