sábado, 4 de agosto de 2012

NO CABE LA MAR EN SU PROFUNDIDAD



NO CABE LA MAR EN SU PROFUNDIDAD


 A Camilo Balza Donatti



Alexis Perez-Luna (1949). Fotógrafo venezolano.


 
No cabe la mar en su profundidad
y el verde orea las orillas
como galaxias aturdidas
de oro derretido en las tardes,
cuando extraña mezcla de sonidos
vaticina el plumaje de las aves
y el sueño teme
a los espacios abiertos.

La mar arroja sus tesoros,
y en las playas
todo se incrusta en las piedras,
liquen, algas, maderas
en los arrecifes letales
asomados al mundo
con sus huellas
de cuchillos hirientes.

Amarillo,
así ha de ser el último crepúsculo,
orín de los metales desvanecidos
en las formas oscuras del silencio.



Santa Cruz de Mara, 23/7/2012



José Francisco Ortiz


miércoles, 1 de agosto de 2012

UNA MIRADA



UNA MIRADA










No sé el porqué he estado mirando, aquí y allá, en algunas páginas de Balzac en “Azucena en el valle”, y de pronto la maravillosa carta de Enriqueta es todo un dechado de valoraciones humanas que pueden, de alguna manera, indicar un destino.

Me detengo en una de sus frases, y reconozco el plano histórico donde se sustenta el personaje como experiencia y verdad:

“En el mundo político todo cambia de aspecto, y las reglas que rigen la personalidad se doblan ante los grandes intereses; pero si llega usted a la esfera en que viven los grandes hombres, será, como Dios, el único juez de sus resoluciones; no será entonces un hombre sino la ley viviente; no será un individuo, sino la encarnación del país. Pero si juzga, también será juzgado: más tarde comparecerá ante los siglos, y usted conoce bastante la historia para haber apreciado los sentimientos y los actos que engendran la verdadera grandeza”.

Este párrafo puede ser cotejado con las piadosas frases de la sociología, del misterio novelesco de todas las épocas, de la teoría política, la religión y de la poesía y, sin embargo, lo que pervive en el texto es su fresco amanecer de derrota, derrota permanente en el hombre que tiene que reconstruirse tras cada generación.

La experiencia es una suerte de herramienta obsolescente. La historia está obligada a repetirse. Hoy y siempre la humanidad esperará a un héroe, porque la humanidad es un estadio infantil incrustado en los genes en espera de su propia revolución para ser.

Me pregunto: ¿Qué importancia tiene la literatura en la educación, y si ésta puede responder a cuestiones futuras, de suyas permeables, ubicuas y transitorias? ¿Qué importancia puede alcanzar en lo social para las mentes lúcidas, y, al mismo tiempo, concretarse como una esperanza de transformación?

La literatura es un mundo posible de imposibilidades, donde la realidad es su mayor oferta. Valen para mí estas cuestiones. Entonces, alertado por el lirismo de Balzac, por fuerza del desgaste del discurso, quisiera abandonar todo este misterio de la poesía, esta analfabeta mirada, conjunto de fibras, sangre y huesos, y volver hacia mis propios ritos, hacia mi propia multitud anhelante de vida.



Santa Cruz de Mara, 20/07/2012

José Francisco Ortiz Morillo