sábado, 5 de noviembre de 2011

MUSGO DE NUESTRAS ALDEAS. TRES POEMAS


I

 
Ivan Ivanovich Shishkin, pintor ruso (1832 - 1898) - Margen del bosque-detalle



El trueno reverbera en los oquedales
en la espesura del horizonte
ríos que inundan montes
tumban piedras
arrasan vegas
para redimir la vida
en los días puros
cuando nos atrevemos a ser árbol
contra el viento y sus raudales.
Hojarasca somos
girante légamo de los pastos.
La hierba nos enreda
en su verdor de sombras.



II

 
Félix Martinez-Losa, pintor español - A la luz de la luna



Nunca la noche, la huyente noche
oh, graves musgos
musgos de órbitas celestes
podrá alcanzar tanta vastedad
de astros lanzados al vacío.
Rastrojos reventados por el sol
al rizar el aire sus colmenas de ceniza.
Sementeras, torbellinos.
Un continente bulle
sobre terracotas dormidas
gastan las piedras su inmortal pereza
en cada estación de herrumbres
no temen a la muerte
su oficio es callado como los almendros
en los muros tristes cantan las cigarras
y la luna prende sus orlados misterios.



III

 
Américo Hume, artista chileno - Piedras con musgo


Musgo de nuestras aldeas
ínfimas raíces del abandono
extensión de las grietas
donde se agita tanta vida.

¿Cómo descubrir
el muelle verdor de la tierra
replegándose incesante
en los nudos de la escarcha
hondos sesgos de luz
sobre la piel del hombre?

Musgo de nuestras aldeas
nunca, nunca el olvido será más cierto.




José Francisco Ortiz

De: Musgo de nuestras aldeas (2002)


JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. VI, DE VOCALES DE CENIZA



VI

 
Luis Xubero, pintor español (1944) – Paisaje 



Somos hijos del silencio    
(silencio  emplazado  desplazado)
somos huellas
de alucinados   fragores
entregados a mortales añoranzas
somos el arrebato del olvido
sus irisados confines
una y otra vez en la insistencia
la mirada abierta en un espacio.




José Francisco Ortiz

De: Vocales de Ceniza (2005)

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. PLAYA



PLAYA

 
Magarita Solari, pintora uruguaya (1941) - Gaviotas en el puerto de Barcelona


Blancos pájaros
fondean una cisterna antigua,
surtidor de arenales
que la mar ofrece,
ecos de sombra        
ojos hirientes
sobre el blando costado
de algas fugitivas.


José Francisco Ortiz


De: Légamos, (1985)


JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. EN LA SED DE LAS NOCHES



EN LA SED DE LAS NOCHES

 
Francisco de Goya y Lucientes, Pintor español (1746-1828) - La hoguera


En la sed de las noches
junto al fuego,
en los hondos laberintos
de la espera,
más allá de las hojas,
del fulgor
de los nísperos
de las tierras de labranzas
alfarero de palabras
para el canto.



José Francisco Ortiz


De: Légamos (1985)


JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. V, DE VOCALES DE CENIZA


V


 
Luis Xubero, pintor español (1944) - Paisaje II


Piedras que andan sobre el polvo
                 y sus tormentas
sus raíces cruzan los abismos
nunca un devenir alienta los espasmos
                      sin el amago de las huellas
arman los sonidos                          
batiendo lenguas entre las espumas
tanta ilusión lame sequedades.


José Francisco Ortiz

De: Vocales de ceniza (2005)


UN CONVENIO ANTIGUO




 
Freddy Castrillo, pintor venezolano (Caracas, 1950) - Callejón




Blas Morillo (mi abuelo) tenía una pulpería en la calle de comercio en Carache. Era un comerciante próspero, con algunas vegas de caña de azúcar que a su muerte se desvanecieron.

Cierto día apareció el arriero con sus mulas y la carga de víveres. Don Blas, dijo el arriero, aquí  están las provisiones.
Llega en mal momento, contestó el abuelo.

Jorge Apperley - Burros-detalle
No comprendí aquella frase (sin explicaciones de lo que hubiese ocurrido); seguramente provenía de antiquísimas formas de hablar y de conducirse de esos hombres impasibles.

No importa, dijo el aludido, haremos el convenio.

Está bien,  contestó Blas, alisando el bigote y, al desprenderse un pelo, daba por sellado aquel acto memorable

¿Cuándo vuelvo?

Dentro de quince días.

Quince días que fueron para mí de expectación con sus largas noches, de  horas  que el péndulo cortaba sin prisa, alargando el misterio rondaba mis pensamientos. Quince días, que ahora, pasan como una nube en mi memoria. Es posible que hayan transcurrido con las travesuras propias de la edad, que hubieran atravesado los caminos del pequeño bosque lindante de la casa: bosque de naranjos, pomarrosas, mangos, y de lianas de los bucares y cedros movidas por el viento sobre el remanso del río. Es posible. Es posible, pero no están en mis recuerdos.

El décimo quinto día amaneció neblinoso. Acurrucado al borde de la acera, con temblor de las manos en las faltriqueras. Sabía que en cualquier momento surgiría, como un fantasma, el arriero con sus mulas. Lo vi venir porque el  sol  tintineaba en la empedrada calle y el corcoveo travieso de los animales resistía a la helada mañana.

Detrás de mí sonaron las puertas. Un leve quejido de las bisagras dio paso al cuerpo, casi aéreo, de mi abuelo. Me miró con asombro y quería esfumarme, porque ya conocía el dictado de sus  gestos cotidianos. No me importaba. Era más fuerte mi curiosidad ante aquel secreto. No sé qué ocurría, pero el tiempo andaba acelerado y  las imágenes corrían en tropel por la calle hasta anidarse en mi corazón y reventar de pronto como en un día de feria en mi pueblo.

Miguel Renom, pintor español (Barcelona, 1912) - st

Buenos días, Don Blas.

Buenos días…

(No sé por qué no recuerdo el nombre del paisano y sólo queda de aquel instante como una foto que va desvaneciéndose sin cesar y que yo repaso entre mis sueños para que no se oculte en la espesura de los años).

Aquí está su pelo de bigote, dijo.

Aquí su pago, contestó mi abuelo.





José Francisco Ortiz Morillo
Santa Cruz de Mara, 25/9/2011

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. EL MUNDO NO REVELADO EN LA POESÍA


EL MUNDO NO REVELADO EN LA POESÍA

 
George Inness, pintor estadounidense (1825 – 1894) – October


Hay un mundo no revelado en la poesía; o sí, revelado para todo aquel que sin saberlo en los juegos de la infancia, en las travesuras, en la mesa donde era servido el pan, en las miradas cómplices, en la escuela, la iglesia, las plazas, las calles (no sabemos dónde) gestaba silenciosamente a un poeta. Cuánto no se ha perdido de esa ilusión dormida porque algún maestro fracasado, un tosco amigo, un padre soberbio, un pueblo ignorante consumieron hasta el fondo la voluntad que había en aquel ser. La poesía, lo sabemos, no es fácil. Aquellos que han logrado traspasar tales barreras lo saben. La construcción del poema es un espacio del lenguaje huidizo; tal vez por ello muchos hacen malabarismos con las palabras, algunas cabriolas (algunas veces felices); otros dormitan aferrados al diccionario y lánguidos perecen porque el poema puede estar en todas partes y en ninguna, porque el poema sólo está en lo humano, y en ese espacio es donde anida la palabra. Mucho se ha escrito acerca de ello, por apenas nombrar a algunos (contemporáneos): María Zambrano (Filosofía y poesía), Octavio Paz (todos sus libros), Ernst Cassirer, Gastón Bachelard, Gilbert Durand, Fernando Paz Castillo, Eugenio Montejo... La lista sigue, y seguirá... Mi querido amigo y hermano Zoilo,  la poesía, su poesía en especial, ha sido fraguada lentamente; por eso es segura y puede alcanzar un clima especial. ¿Ha notado, mi querido amigo, que más del 90% (perdón por la estadística) de quienes lo comentan son talentosas mujeres que, subyugadas por su verbo,  son igualmente poetas...? Octavio Paz ha encontrado como ninguno esa erotización del lenguaje.

                   
José Francisco Ortiz
Santa Cruz de Mara 28/07/2011



Comentario hecho al poema Elevación, del poeta Zoilo Abel Rodríguez.

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. EL GALLO, ÍNGRIMO VIAJERO DEL TIEMPO


EL GALLO, ÍNGRIMO VIAJERO DEL TIEMPO




 
Ann Carole Fletcher, pintora francesa - Gallo cantando


¿Podrá el horario humano

cambiar el exacto cantar del gallo?

Quizá amanezca más temprano,

pero este guardián de la noche

no esquiva la llamada

para que el sol despierte.


Lo escucho en esta larga madrugada

y sé que el mundo

sigue en su sitio

porque alguien canta todavía.




 
John James Audubon, pintor estadounidense de origen francés (1785 - 1851) - Gallos


Ese gallo lorquiano
que cava buscando la aurora,

aquel del Coronel de García Márquez,

el de Jesús que anunciaría con su canto la negación,

el gallo prometido de Sócrates a Esculapio,

el de Kunta Kinte en “Raíces”,

los de Gabriel Bracho,

nuestro universal muralista,

los pertinaces de la revolución mexicana,

los que aún cantan en la poesía de Eugenio Montejo,

el del partido comunista que celebré en mi juventud,

los de Orlando Araujo en “Compañero de viaje”,

los de Vargas, nuestro escultor y tallador popular,

los de mi tío Rafael que perdió cada domingo

en la gallera de mi pueblo,

los de Camilo, el poeta…

en fin, los gallos de nuestra tierra latinoamericana,

los gallos del mundo

que escuché hace 67 años

a pocas horas de mi nacimiento

y abrieron surcos en mi cuerpo

para que la sangre fuera un río insistente en mis venas…

volvieron esta madrugada, atravesando mis días,

con la exacta y poderosa garganta

de ese íngrimo viajero del tiempo.



José Francisco Ortiz Morillo

Santa Cruz de Mara, 21/10/2011



JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO. APUNTES DE LA IMAGINACIÓN (POÉTICA DEL SOÑADOR LÚDICO)



APUNTES DE LA IMAGINACIÓN
(Poética del soñador lúdico)

 
M. C. Escher, artista holandés (1898 – 1972), Convex and Concave, 1955


El cerebro tiene su cima mas su residencia está en el cuerpo. Suele pasearse según su ánimo por las habitaciones que la constituyen y, sin embargo, no es una casa común porque puede duplicarse, expandirse y  luego  transformarse en  pueblo, en ciudad…en el universo dentro de un mismo individuo. Los universos posibles son infinitos.

El cerebro es su  imaginación. Su legado es la superioridad de la vida que construye desde esas pequeñas ventanas (los ojos) cuando la contingencia se desborda sobre el vivir.

Qué maravillosa estrategia, hacer que esas estructuras de la realidad entren indemnes a sus dominios y por una suerte  de magnífica combinatoria, no solo hacer que pervivan intactas en la memoria sino que: obrero, constructor y arquitecto en posesión autárquica de las formas,  las devele mundo nuevo.

El ver es un regalo de la naturaleza, mirar una conquista de la cultura. Y no es tan sencillo como parece. Desde siempre, desde el origen, las cosas se han mostrado al hombre, y el cerebro ve imágenes, sólo imágenes, incluso cuando las palpa, las degusta y atrae sus olores.

Cómo hacer el registro de esas imágenes y transformarlas en pensamiento. Aquí el otro milagro del cerebro: ordenar  sin  ordenar, porque esta síntesis, en su perfección de las palabras, encubre y engendra dentro de sí misma el caos.

¿Cómo en su secreto discurrir las imágenes y el lenguaje han hecho posible el pensar? ¿Cómo hay ambigüedades no resueltas porque aparentemente nos envuelve una contradicción: las imágenes traían la semilla del lenguaje y en su amanecer despertaron como pensamiento?

Cavilamos (acto del pensamiento) y nos dejamos envolver por esas motas de polvo estelar que son las palabras. Las imágenes palabras que el cerebro inventó para reconocernos en el vacío y en la ingrimitud del universo, incluso para restituir desde la soledad como imagen de lo que vemos  y miramos,  en las cambiantes formas de los instantes, cuándo solemos aparecer.


José Francisco Ortiz Morillo
Santa Cruz de Mara, 18/5/2011