miércoles, 4 de julio de 2012

A QUIEN CORRESPONDA.



A QUIEN CORRESPONDA.




No quisiera que en mi país, ni en otro lugar del mundo, hubiera odios y separaciones entre hermanos; no quisiera que las enfermizas luchas políticas nos arrebaten los días de gloria de humana vida, no quisiera, en fin, que la lengua altisonante de cualesquiera de los bandos se imponga sobre la sindéresis y el cuidado que debe recibir el corazón de nuestra juventud.

Tal vez, mis cansados ojos no hagan la lectura correcta de este tiempo y no entienda que lo humano en su riesgo sea su propia víctima y victimario, como esos árboles que se despojan de sus ramas, y sus hojas en un erial de sombra carcomida sean el abono que lo haga resurgir de la nada hacia las alturas.

Todo es posible, pero a riesgo de no poder descifrar la trama de la historia, apelo a la voluntad humana para que no haya presos políticos, ni hoy ni mañana, en las cárceles del mundo. Vayan pues estas palabras, para unirme al ruego por la libertad de Iván Simonovis.


Mas este ruego es posible porque soy un hombre que entiende la libertad como un proceso, porque el hombre es un proceso de construcción infinita desde su individualidad y porque le asiste un compromiso que no puede ser hipotecado con parcialidad alguna. No quiero crear falsas expectativas y que se me tome por un iluso en la turbiedad de las aguas. Ya lo he dicho en otras oportunidades –nunca está demás su reiteración– no me agradan muchas de las acciones de este gobierno, pero, al mismo tiempo, he celebrado sus aciertos; no comparto la vociferante alarma de la oposición porque tengo la edad suficiente para conocer, no por mi profesión de comunicador, sino por mi experiencia de tantos años que, también, hay engaño en ese discurso tibio, mezcla de bonanza pendenciera de la cual, seguramente, mañana habrá arrepentimientos.

Es mi conciencia la que habla, no tengo compromisos con nadie, “sólo la verdad os hará libres”, dijo alguien sumamente importante, y así lo he entendido, y, al mismo tiempo, sé que esa libertad sólo es posible en el recipiente de las sociedades que no están atadas al juego epocal de los mesianismos desorbitados.

Santa Cruz de Mara, 1/7/2012

José Francisco Ortiz Morillo.

POEMA



POEMA

Odilon Redon (1840-1916). Pintor francés. Landscape with sunset, 1868.



     Sobre las páginas en blanco
     esta lenta vibración de las palabras,
     este juego inconcluso, incesante,
     de la precaria insinuación del poema.
     En cielos espejeantes
     como un señuelo de despojos
     la muerte vaga entre las sombras.


 De: Cantares (1986)


José Francisco Ortiz.