lunes, 4 de junio de 2012

¿QUÉ ES EL AMOR?



¿QUÉ ES EL AMOR?
(unos versos antiguos que el alma buscaba)






Anne-François-Louis Janmot (1814 - 1892). Pintor francés. Le Poeme de l’ame





¿Qué es el amor?
En el cielo crepuscular
un pájaro azul rasgaba las nubes
donde un ángel cautivo
nos miraba, y no supe responderle.

¿Qué es el amor?
Insistió con levedad
y mi pensamiento perseguía
al ángel de la nube,
y sus palabras me ofrecían
un elíxir que el viento
vaciaba en mis sentidos,
y no supe responderle.

¿Qué es el amor?
concluyó con firmeza:
los ojos cerrados,
y sobre los labios abiertos
una luz de lo alto llegaba,
tomó de mis manos
el fulgor que emanaba:
ya sé qué es el amor—me dijo—
y sobre su pecho dormí
con las alas plegadas.



Santa Cruz de Mara, 29/5/2012



José Francisco Ortiz

EL POEMA.



EL POEMA


Claude Oscar Monet (1840 - 1926). Pintor francés. El jardín de Hoschedé en Montgeron, 1877





Un día, después de interminables y duras faenas, un hombre llega a la fuente que se había forjado alcanzar. La fuente era la culminación de una ruta avistada desde niño. No quiso tener guías porque él sabía cómo llegar. Este saber era suficiente. Levantaba la mirada hacia el horizonte y como un punto celeste aparecía y desaparecía. Otras fuentes columbraban en la distancia, “para qué detenerme, se decía, si la mayor gloria está al final del camino”. Se detuvo. La fuente hecha de pedernal refulgía sin cesar, una mancha como de neblina se escurría lentamente sobre la arena y dejaba al descubierto un aviso que rezaba: “Hombre bendito por los dioses, por el tiempo que te ha permitido llegar a este sitio, sólo permanecerás en él, si de las fuentes del camino tuviste la precaución de beber”.



El poema es una estructura que la poesía hace posible. Aunque ambos pueden tener filiaciones sustantivas, difieren en sus puntos focales. La poesía puede referirse, aunque el término sea abusivo, al nivel de la expresión en sentido lingüístico, y el poema, al nivel del contenido.



De manera más sencilla, se trata de un paso de condensación de las frases (versos) en una palabra que promete un universo distinto, es decir, un dialecto en busca de armonías.


Llámese, por ahora, presentimiento, vaguedad o ensoñación donde la lengua se desborda en términos para alcanzar la imagen, para fijarla, si es que fuera posible, en un discurso que llamamos poema. Pero no basta, las palabras pueden engañarnos, solazarnos en el patio de nuestras querencias, y abundar de pronto en ramificaciones, adherencias parásitas que la morfología designa como adjetivos, gerundios, preposiciones que terminan ahogando el nacimiento de un verso.

Acotemos, sin embargo, que tales términos per se no son fatales si llegan como parte de una conciencia poética firme, alumbradora, en la noche de los espejismos en el camino de la poesía.

Una de las características del texto irremisiblemente perdido, estriba en que hay conceptos familiares, sociales y culturales propios que se anquilosan en el imaginario cosificándolo; al cerrar las puertas de la vida no hay manera de restituirla, y las metáforas (no siempre las metáforas son la factura del poema) se pierden en áridos espacios de una noble intención. Cuánto abusivo reclamo, por ejemplo, en cierta inclinación al erotismo que termina en una ciénaga banal y complaciente, de fulgores instantáneos más parecidos a los piropos, centelleantes, de amores incomprendidos que tratan de calmar las pasiones heridas… Aquí el poema se hace trampa, ligero acomodo, vértigo de una soledad que aún teniendo compañía, no puede abrigar ni abrigarse en los demás. Tal vez, este fuera un pecado de juventud. Lisonjeras son las palabras y calan en el fulgor de la piel que apenas descubre el mundo, pero es una fatalidad que se hace pornográfica por mentirosa en las almas que el tiempo no fue capaz de alcanzar.

De todas maneras ningún discurso, por más atento y fecundo que se presente, puede ser una aproximación al instante de preservar ciertas palabras para la memoria de la humanidad.

 
Santa Cruz de Mara, 02/05/2012


José Francisco Ortiz Morillo.