miércoles, 30 de mayo de 2012

TARGET.





TARGET



Héctor Poleo (Caracas, 20 de julio de 1918 - Caracas, 26 de mayo de 1989). Pintor venezolano. De la tierra a la tierra, 1964.







A Francisco Ortiz, mi padre


Mi padre releva el tiempo
anuda los recuerdos
los tensa entre sonidos de cabrias
para que el pardo aceite de la tierra
se deslice a contrapeso de máquinas
en la íngrima
estación de obrero petrolero
sus ojos buscan el fervor del sol
en el vértigo de las calles
en cada vuelta de la ciudad
hay tantas puertas al paraíso
debemos ser agradecidos, me dice
con estas mujeres que posan en los carteles
pues ellas nos dan un masaje al corazón.


De: Vocales de ceniza (2005)



José Francisco Ortiz.





lunes, 28 de mayo de 2012

UN DÍA CON MIS ALUMNOS.



UN DÍA CON MIS ALUMNOS.



Felix Vallotton (1865-1925). Pintor suizo. Bibliophile



En las relaciones culturales, sociales, políticas, es decir, en el orbe pragmático hay numerosas trampas, pasadizos, laberintos y (paisajes, por decir lo menos, donde el ser humano puede encontrarse atrapado y si y solo si tiene conciencia de su propia lengua puede salir airoso. He conocido muchos casos donde la academia y un uso ceñido a la norma nada nos dicen de las palabras, tampoco son garantía de un pensamiento inteligente y, además, no pueden atribuirse, en los casos felices de un orden en las ideas, el triunfo sobre el ser. 

He tratado con mucha gente analfabeta, incluso estudiantes que no han tenido información lingüística, que a pesar de la morosidad en el habla, hay destellos de la propiedad en el decir y son más auténticos en las decisiones de sus formas de vida. 

La norma puede ser un camino, pero en el fondo descubrimos cómo en los textos literarios, ganadores de premios, hay una absoluta ignorancia del palpitar de la gente. 

He leído textos insobornables, asépticos y puros que huelen a formol, son como esos espejos pulidos frente al sol, encandilan sin llegar a alumbrar. Y lo comprendemos, son textos irreprochables. No hay una coma, un punto, un enlace que no esté en su justo sitio. No hay párrafo que no haya cumplido el orden de la sintaxis, no hay palabra que pueda huir de su significado y, en el sentido pragmático, pudiéramos aceptar que entre signos y usuarios hay una equivalencia perfecta. Son textos que nunca se han paseado por las orillas de la existencia donde la contaminación de la lengua es necesaria, donde quisiéramos ver cómo desciende la naturaleza a los pozos de la ingenuidad, del hombre que, privado de la felicidad urbana, tiene como recompensa los sonidos, los olores y colores sin afeites para contarse entre los mortales.

28/5/12

José Francisco Ortiz Morillo


domingo, 27 de mayo de 2012

III.



III



Alphonse Osbert (1857-1839). Pintor francés.





En el tedio del atardecer los hombres vagan bajo el sigilo de las premoniciones. Una gravedad impostergable los reclama oprimiéndoles el corazón en la vastedad de la noche.

Las mujeres fluyen con los brazos henchidos de nostalgia, la piel abandonada al vino de labios instintivos; sobre dársenas de sombra, los jóvenes columbran el clamor de las almas solitarias.



De: Poemas del Mediodía (1990)


José Francisco Ortiz.


sábado, 26 de mayo de 2012

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ.


Eduardo Blásquez. Artista español. Grita libertad, 2006



El límite de la libertad es la conciencia, ésta no surge de criterios políticos, religiosos o culturales, incluso de orden familiar, seguramente contribuyen a canalizarla, pero lo que llamamos conciencia en sentido estricto corresponde a la liberación de toda atadura tanto externa como interna en el hombre. Me atrevería a señalarla como un espacio genético de lo humano que, felizmente, aparece en el ser para diferenciarlo de la bestialidad. No creo, por lo tanto, que existan grados de conciencia. La conciencia es monolítica y activa, vive desde nosotros y se hace realidad en el mundo, si no fuera así qué importancia tendría la vida.


25/07/2012


José Francisco Ortiz

viernes, 25 de mayo de 2012

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ.



Chema Madoz (1958). Fotógrafo español.



El fuego atraviesa sin tapujos la piel y deja su rastro de humedad inclemente, de aceitoso pegamento, tedioso e infame, sin redención porque las Erínias ataron al sol en Maracaibo. Somos cazadores de nubes sobre un cielo de esmalte, tal vez haya en la memoria el atávico esplendor de las formas clausuradas del sueño y, por ello, insistimos en ser nómades en nuestra ciudad.

24/05/12


José Francisco Ortiz

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO.


Chema Madoz. Fotógrafo español.




Los buenos textos son aquellos que nos remiten a otros, en ellos nace de nuevo la palabra y la realidad que no encontrábamos, en ellos, engendrados del abril, cruel tiempo de la tierra muerta (Eliot), y por cuya savia asciende el dolor y alegría del mundo, porque “El año madura en los campos sus resinas espesas” (Montejo), y la amistad es el más hermoso poema que lo humano manifieste, en las ya sagradas palabras de Paul Celan, en carta a Hans Bender. “Sólo manos verdaderas escriben poemas verdaderos. No veo ninguna diferencia de principio entre el apretón de mano y el poema".

José Francisco Ortiz Morillo
13/5/2012

SIEMPRE HABRÁ UN LUGAR DE ITALIA



SIEMPRE HABRÁ UN LUGAR DE ITALIA


Giovanni Antonio Canal, llamado Canaletto (1697 - 1768). Pintor italiano. Paisaje con ruinas, 1740




Despierta a mediotiempo, centro
en el costado de la noche,
el oro de los dioses
y sus trémulas visiones acampan
en el extremo de una ciudad dormida,
vuelven los gladiadores a remontar
el nido de sus huellas y una liebre
espabilada corre hacia los montes,
los dioses y los hombres son lo mismo
para que todo sea eterno como el aire
y el fragor de un instante sólo diga
aquí nació el mundo, y es suficiente.
Siempre habrá un lugar en Italia
en nuestros corazones, por mi sangre
aun combaten las legiones, el aura
de Miguel Ángel, de Leonardo, Botticelli,
las canciones que nunca me aprendí,
que nunca supe del acorde y de las voces
de sus mujeres colmadas por el fuego
en las vetas de sus calles luminosas.


José Francisco Ortiz Morillo
Santa Cruz de Mara, 19/5/2012

EL ROSTRO DE VENEZUELA







EL ROSTRO DE VENEZUELA



(Publicado en el diario La verdad, 3 /6/1998)




 
23 de enero de 1958, caída de la dictadura


Una de las grandes tragedias (que ya son muchas) de Venezuela, es que la última dictadura acabó con gran parte de nuestros mejores hombres, quedando sólo algunos marcados por la conciencia de una voluntad a toda prueba en el merecimiento de prepararnos como nación sólida, pero, igualmente, aparecieron los adoradores del poder y del beneficio del poder, sin importarles jamás la nación.

Rafael Caldera  
Cuando Uslar Pietri y Rafael Caldera expresan hasta la saciedad que el trabajo es la única salvación, no sólo se refieren al esfuerzo físico y su retribución crematística, sino a la necesidad de forjar la construcción permanente de un país independiente y sólido, justamente, en la formación ética y científica de todos sus individuos.

Arturo Uslar Pietri
Si dependiésemos nada más del mecánico oficio de la faena o la mera disertación intelectual, estaríamos llamados al fracaso, pero de lo que se trata, obviamente, es de un acto comunitario de espíritu y de grandeza para definir la noción de pueblo.

En sentido estricto: en la grandeza de la vida, con cierto orgullo por una manifiesta y prolongada visión actuante y decisoria de lo permanente y justo del destino colectivo. Y, sin embargo, mi país, pierde sus días en diatribas de la más rayana e infecunda palabrería política, como si el alma de los venezolanos no estuviera ya entumecida de abalorios y contingencias.

 Así, nos preguntamos: ¿Por cuáles poros respira la patria? ¿Por cuáles caminos desanda la historia de los que amanecen a las puertas del campo, de las fábricas, de las escuelas? ¿Quién hablará por esos niños y mujeres que descasta la vida y en continua marea aparecen en las avenidas de nuestras lujosas ciudades para ser engullidos por una economía sin piel humana?
  
Un mitin político  

Estoy seguro de que no serán los ideólogos ni los avivadores de teorías los que tendrán la respuesta, porque la cotidianidad no es una categoría macroeconómica. Acaso no presentimos cómo la fuerza y la imaginación de muchos de nuestros escritores se han desleído en edulcorada atención a las efímeras promesas de burócratas; los pintores que ya no pintan porque están más pendientes del aplauso del público que de sus obras o, en todo caso, excedidos por la urgencia del nuevo riquismo, se prestan para la escenografía; y los poetas –oh, inefable vanidad- adocenados en la ilusa glorificación oficial. La pequeña política lo ha pervertido todo, porque encontró terreno propicio donde la astucia tiende a ser más raigal que la inteligencia. ¿Cuántas máscaras le han colocado al rostro de Venezuela? ¿Conocerán alguna vez los jóvenes de este tiempo y del porvenir, la imagen real de esta tierra que sufrieron noblemente los fundadores de la nación? Necesitamos volver a nuestras huellas para que el futuro sea menos ingrato y restituirnos del olvido para que la mirada inocente no nos convierta en esclavos modernos.


(Publicado también como "La mirada inocente" en el diario Panorama, de Maracaibo, 16/6/1993)

José Francisco Ortiz




jueves, 24 de mayo de 2012

EL TELAR.



EL TELAR


Niccolo Bambini (1651-1736). Pintor italiano.. Ariadna y Teseo.






No cuentan los siglos.
El hilo de Ariadna atraviesa
mortales espacios
para que un dios atrapado
en la fortaleza del Minotauro
pueda volver a reír.
Nadie conoce las vueltas
sujetas al ovillo dorado
ni puede saber cómo nace
la luz de la punta oscura
del diamante. En la sombra
del laberinto todo hombre
espera liberarse y sueña
porque el tiempo es arena
donde suele urdir el incauto.

José Francisco Ortiz Morillo
Santa Cruz de Mara, 21/5/2012


miércoles, 23 de mayo de 2012

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO.



Ebru Sidar (1975). Fotógrafa turca.




Pudiéramos reconocer en el lacónico decir, un grado mayor del lenguaje, superior a cualesquiera discursos. Si apreciáramos la síntesis, cuánta carga nos traerían los monosílabos porque hablarían de lo humano. Por ejemplo, un maravilloso "bien”, cómo anudaría la perplejidad, la duda, el encantamiento como río de la lengua hacia confines marcados por el silencio. Un terrible no, un dubitativo si, un claro e irreprimible sí, no serían puentes para alcanzar la victoria de nuestras ilusiones. Frente al desamparo, un día nublado aligera la luz del pensamiento.

José Francisco Ortiz Morillo
22/1/2012

martes, 22 de mayo de 2012

EXILIO




EXILIO



Emilio Boggio (Caracas, 1857 - París, 1920). Pintor venezolano. Fin de jornada, 1912.



Con trazos ilegibles,
mis paisanos describen
el lado incierto de las cosas
en hojas de caote
agregan sus visiones
la escarcha
de sus huesos entibiados
lumbre de fogatas y de alcoholes.
Su acompasado respirar
tiene espacio de cigarras
fervor naciente
de libélulas, carbones
en el incendio de la noche.
Rompen aldabas
exilio de pertenecer a lo humano.


De: Musgo de nuestras aldeas, 2002.



José Francisco Ortiz

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ.



Flor Garduño (1957). Fotógrafa mexicana. Camino del Camposanto. Tixán, Ecuador, 1988.



"Los aturdidos fantasmas vuelven con la niebla, en la oquedad sin límite de las huellas que ahora tiemblan bajo el baldío recuerdo de la soledad, van al encuentro del enjambre de la pobreza. No sólo la madre -pensamos- y el padre, con el ataúd a cuestas, con paso leve, el hombre que se adelanta, como si fuera un guía de Caronte sobre el río de piedras, el río del olvido, sino el que viene detrás con la pala atada a la cintura, vestido de cronos, lanzará las últimos jirones de tierra sobre el ángel durmiente de los andes...Fotografía dolorosa, elegíaca de lo que los sociólogos llaman pueblo, del amor filial y que en alguna oportunidad, ya lejana, fuimos testigos..."




Nota. Este texto es una aproximación a la Fotografía de Flor Garduño (mexicana)"Camino del Camposanto". Tixán, Ecuador.


20/05/2012

JOSÉ FRANCISCO ORTIZ MORILLO.






¿Qué haremos los venezolanos en los días venideros? No hay manera de conciliar los opuestos. Hace días vi en la televisión un debate (?) que se originaba en la Asamblea Nacional, y cada grupo en pugna trataba de hacer notar el raterismo que los caracterizaba. Sin ideas, sin argumentos acerca de la realidad del país, las horas pasaban ante una audiencia estupefacta por los epítetos honorables que se endilgaban. Y me dije: voté por esta gente pusilánime y sin dignidad, gesticulante y bárbara. Por Dios. En las calles donde las pasiones se desbordan hay sindéresis y un callado dolor que rumia lentamente la paciencia. Escucho entrevistas a estos políticos y nada cambia porque no son capaces de encontrar el camino de la justicia y de la verdad, leo a columnistas y, como mercenarios de sus grupos, andan a tientas entre su palabrería hueca, apelan al pasado, recuerdan los prohombres para justificar uno u otro bando. Pero nadie, nadie, es capaz de ver a la Venezuela luminosa y sonriente en el porvenir de nuestros hijos, porque todos vivimos en el matadero de los sueños, nos disgusta el trabajo, el trabajo de constructor, si podemos alcanzar un ladrillo es para lanzárselo al contrario y si el otro ha logrado avanzar en sus logros, sólo es porque ha esquilmado a los demás.


José Francisco Ortiz Morillo
20/5/2012

domingo, 20 de mayo de 2012

EL ÁNGEL DE LA PLAYA



EL ÁNGEL DE LA PLAYA


Flor Garduño (1957). Fotógrafa mexicana. Camino del Camposanto. Tixán, Ecuador, 1988.



Debió de ser a principio de 1951, porque mis recuerdos llegan hasta esos recodos del tiempo cuando vivía en mi pueblo natal. Si desviara la intención del olvido, pudiera ser que otras historias vinieran del espacio donde las he guardado y vindiquen mi infancia de sobresaltos y penalidades no exentas del común de los niños de entonces… Pero ésta que ahora trato de narrar, ocurrió un día sábado, lo sé porque era la única razón para que yo estuviera en aquel lugar frente a la pulpería de Rondón, atraído por la luz macilenta del amanecer, el ronroneo de los primeros automóviles que al hacer la travesía de la montaña llegaban al pueblo en obligado tránsito por el caserío.

Por el camino, en sentido opuesto venían dos hombres. Lentos al andar, cabizbajos como si arrastraran una cuerda muy larga y pesada, los sombreros ocultaban sus rostros, pero las ropas campesinas eran blanquísimas como la misma niebla que ahora se cruza frente a mis ojos cuando veo al mínimo ataúd que el hombre de adelante llevaba en su hombro derecho.

Parecía que flotaban en cada paso que daban cuando comenzaron a subir la cuesta hacia el cementerio. Alguien detrás de mí, dijo: “Es un angelito”.  La frase turbó mis pensamientos. Pensamientos de niño, por supuesto, porque no atino a refrescarlos después de tantos años. Seguramente tenían que ver con mis escarceos de querer ser monaguillo en la iglesia y nunca había visto a un angelito, y menos en aquellas circunstancias cuando le gente aún dormía y sólo algunos parroquianos celebraban el amanecer.

Me uní al cortejo. Ya éramos cuatro, rumbo al campo santo. La travesía era lenta, pero sin fatiga, pues me transportaba la fantasía, me veía en el cielo saltando de nube en nube y con giros y cabriolas haciendo travesuras frente a las mismas barbas de Dios. Esa noche soñé que lo tenía frente a mí con severo rostro y recriminaba mis ligerezas con los demás angelitos. Supuse luego, que nuestros sueños son menos libres que la fantasía. Que ésta anda a sus anchas por el mundo y sólo con los límites de quien la posee, pero los sueños nos atan, están ligados indefectiblemente a las costumbres y al ser colectivo de nuestras familias.

No me di cuenta cuándo y cuántos rodeos hicimos para llegar al lugar reservado para los ángeles. Volví en mí  cuando sentí la mirada de los hombres como si trataran de hacer una comparación que no lograba explicarme. Miraban el sepulcro con precisión. Dieron unas zancadas. Arquearon sus piernas. Uno de ellos tomó en sus manos el ataúd, flexionó hacia lo profundo, y luego de varios intentos, ya exhausto, parpadeó lentamente como si hubiera en ello una súplica que el otro hombre descifró pues volvió instintivamente la mirada hacia mí. 

- ¿Puedes entrar? – me dijo casi como súplica, como si viniera de una total derrota. Y me pareció que la palabra entrar era perfecta, mejor que bajar.  Entrar era subir al cielo, bajar era quedarse en la tierra en la soledad de aquel lugar atrapado entre las montañas. Aquella frase me parecía un premio. No había sido dicha opresivamente aunque sí con cierta amargura de quien no había cumplido una promesa. Intuí que se trataba del padre de aquel niño y no me resistí a la petición  que se me formulaba.

Una vez dentro del sepulcro, podía moverme con cierta agilidad pues parecía que estaba hecho para mí. El olor de la tierra húmeda y el calor que surgía de sus muros me abrigaban como lo hacía mi madre en las noches de invierno. ¿Qué vi entonces? ¿Qué voces escuché? ¿Qué coros cantaban hacia la altura donde las nubes fisgoneaban aquel acto de redención humana?

Yo sólo vi cuando mis brazos bajaban lentamente, y no sin el sobresalto de aquellos hombres que pensaban, seguramente, que el ataúd caería de mis manos.

En la sombra de la tierra dormida, coloqué el pequeño féretro del Ángel de la Playa.


 José Francisco Ortiz Morillo
Santa Cruz de Mara, 22/12/2011.



"ESTIGMAS" EN ITALIANO




ESTIGMAS. TRADUCIDO AL ITALIANO.


ESTIGMAS.



ESTIGMAS


 Sean Kernan. Fotógrafo estadounidense. Steel strapped, de la serie The Secrets Books



Reúnanse todas las palabras
que alguna vez vibraron en el aire,
cuando en su lenta caída
un altivo desfallecer las sostenía
y por un instante había en ellas
algo mullido,  de morosa
persistencia, de calcada
precariedad, engastados en el alma
como si de un sueño se tratara,
y lo sabemos,
si pudiéramos reunirlas,
nunca, nunca volverían
porque algo turbio, inexacto,
lacrado con los estigmas del dolor
saltaría de pronto de la nada.


José Francisco Ortiz Morillo
Santa Cruz de Mara, 18/5/2012