El
viento trae las páginas rotas
de un
cuaderno que antaño lucía
los
nombres de amigos
que
forjaban sueños a la luz del día;
tenían
el corazón del tamaño
que
los hombres solemos tener,
giraba
la sangre hacia las estrellas
y en
las calles había un temblor
con
el nombre esperanza, utopía
solíamos
llamarla para que fuera
más
cierta, como si las manos
pudieran
encontrar el exacto volumen
de
las palabras, y el Minotauro
desapareciera
entre las sombras
de
las esquinas cruzadas de la vida.
Alguien
desvencijó el cuaderno,
alguien
trató de tachar
los
nombres de mis amigos
y
trazó una raya gruesa, estúpida
como
el muro de Berlín,
con
sus altísimas paredes.
Qué
hago ahora
con
esta página salvada,
leo
sus nombres
simples
y verdaderos,
escucho
sus pasos
pero
no los veo.
Santa Cruz de Mara, 11/4/2012
José Francisco Ortiz
1 comentario:
Simplemente maravilloso.
Cada verso, cada imagen despierta en la imaginación recuerdos que besan la memoria, nostalgias que lloran lagrimas cristalinas.
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