domingo, 6 de enero de 2013

LAS CARTAS DE MI MADRE


Jan Vermeer de Delft (1632-1675). Pintor holandés. Dama en azul, 1664.



Mi madre solía escribir largas  cartas,

un torrente de palabras venía de pronto

de su silencio, de la pobre soledad

de sus días y las enmarcaba desde sus ojos

negros de relámpago y niebla

como un turbión de ecos contra

la vastedad del porvenir ignorado.



Sus cartas perfumadas iban a mi padre

—no sé si las leía, estaban tan distantes—

algunos destinos buscaban el calor

de los familiares ausentes, un secreto

decir, lento y auspicioso hablaba

de otros tiempos, de la casa y de los abuelos

de alguna muerte ignorada

que sólo en los patios, cuando el sol

acuciaba las sombras, era recordada.



Cuando mi madre escribía

las cartas con la tibia humedad de la mirada,

con la brevedad ignota de las palabras,

yo tenía la certeza del mensajero,

seguramente un niño porque,

en la edad de la pureza,

únicamente se puede acercar a Dios.





Santa Cruz de Mara, 5/ 1/ 2013






José Francisco Ortiz Morillo

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